Este año 2025 se ha conmemorado el 80 aniversario de la liberación de los campos nazis. Hemos recordado el final de la segunda guerra mundial y con ella el que fue y ha sido uno de los episodios más crueles de la historia de la humanidad. El sistema concentracionario, el exterminio sistemático, industrial de millones de personas de diferentes características, procedencias, ideologías, estado físico, etc . Simplemente asesinadas por no ser útiles o no responder a los criterios exigidos por los nazis, o por ser considerados enemigos a suprimir.
En España,
este año, hemos recordado a los deportados y deportadas republicanos y
republicanas españoles, a estas personas luchadoras y resistentes antifascistas
que combatieron primero contra Franco y luego contra Hitler, y por ello, por
defender la República, las libertades y la democracia, fueron deportados y un
gran numero de ellos asesinados en los diferentes campos del III Reich.
Este 2025
hemos recordado, hemos honrado, en muchas partes del país, a estas personas.
Asociaciones, Amicales, administraciones hemos organizado actos de homenaje,
inaugurado monumentos, y realizados viajes de memoria a los campos.
Hemos animado
a los jóvenes a participar, les insistimos en que ellos son nuestro relevo y
que deben ser los garantes de la transmisión de la memoria y de la defensa de
nuestros derechos y libertades.
¿Pero todo se
ha hecho en un plano de igualdad? ¿o nos
da la sensación de que hay deportados de primera y deportados de segunda?
Seguramente
este 80 aniversario ha sido (aun es) una magnífica oportunidad para coordinar
todo el movimiento memorialista de la deportación e impulsar una plataforma o
espació de trabajo en común donde sumar esfuerzos y sinergias. Después de la
reciente desaparición de las voces de los deportados /as , de los
supervivientes; y a menudo la ya avanzada edad de los descendientes, de las
segundas o terceras generaciones , es absolutamente necesario esta
reunificación.
En España
existen actualmente diversas asociaciones memorialistas de la deportación, las
Amicales, que trabajan para que no se pierda la memoria y la historia de
aquellas personas exiliadas y deportadas, reprimidas por el franquismo y por el
nazismo. Amicales como la de Mauthausen, Buchenwald, Dachau, Ravensbrück o
Neuengamme……o asociaciones como Triangulo Azul, Triangle Blau o Stolperteine
Cordoba, pero a menudo la administración, las diferentes instituciones, olvidan
esta diversidad, esta variada red asociativa, y acaban monopolizando su
interlocución en alguna de ellas. Pareciera que solo una de ellas tiene la
exclusividad y la representatividad de la deportación republicana.
Sin duda hay
dos datos evidentemente relevantes. Que la mayoría de los deportados y deportados
republicanos fueron recluidos en Mauthausen, cerca de 8000 de los casi 10.000
hombres y mujeres españoles fueron a parar al campo austriaco; y que la Amical
de Mauthausen es históricamente la primera entidad creada en nuestro país, ya
en la clandestinidad en 1962, y que es la asociación más fuerte y conocida.
Méritos que es necesario reconocer y defender.
Pero a veces
esta única mirada sobre la deportación española nos puede confundir y crear un
relato alejado de la realidad. Por ejemplo, el hecho de que el triangulo azul
se haya convertido en el emblema de la deportación en España, y se haya
extendido la creencia de que todos los deportados españoles estaban marcados
con este triangulo. Olvidando que esto solo sucedió en Mauthausen y que en el
resto de campos los españoles fueros identificados con el triángulo rojo de
presos políticos. Y quizás por significancia el rojo, la identificación de
preso político, debería ser más relevante.
O que en
muchos municipios cuando se han colocado monumentos, placas conmemorativas o se
han realizado actos de homenaje, se haya inscrito solo “en memoria de los
deportados a Mauthausen” con un cruel olvido de los deportados en otros campos.
Es evidente
que no se trata de una cuestión cuantitativa, sino cualitativa, y que un
deportado y una deportada, adquieren su valor por el hecho de haber sido deportados,
indiferentemente del campo de destino. Todos los deportados y deportadas
deberían tener el mismo reconocimiento y honor. Y a veces esto no sucede. Y se
prima en los viajes, en las ayudas, en las invitaciones a actos institucionales
de los representantes, en la presencia institucional, a un determinado
colectivo, más numeroso sí, pero no exclusivo.
Debemos
impulsar esta mirada integradora y esta visión unitaria de la deportación
republicana a los campos nazis. Crear un relato más igualitario y poner en
valor sus historias y sobre todo sus valores. Seguir luchando por los valores
republicanos que en definitiva es seguir luchando por los Derechos Humanos, por
la Democracia, por las libertades. Y esto deberíamos hacerlo todas las Amicales
juntas.
Ya va siendo
hora, como ya ha ocurrido en Francia o ya existía en países como Italia o
Belgica, que logremos crear un espacio,
una plataforma, una coordinadora de todas las Amicales españolas, para sumar
esfuerzos, compartir recursos, luchar contra nuestros verdaderos enemigos, el
fascismo, el negacionismo, la extrema derecha… en definitiva el capitalismo.
Enric Garriga
Presidente de
la Amical de Buchenwald
Vicepresidente
por España del Comité Internacional de Buchenwald y Dora
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